Juan Carlos Bondi
De vino y otras cuestiones tucumanas
En el valle Cachalquí, durante 100 km de la ruta nacional 40 y la provincial 307, Tucumán despliega un circuito que tiene al vino como hilo conductor, y a bodegas y viñedos de los más altos del mundo como excusas para hacer paradas en diferentes pueblos del valle. Colalao del Valle, Amaicha y Tafí son las principales localidades que componen la ruta del vino tucumana y que combinan degustaciones y programas gastronómicos con paseos por sitios culturales, arqueológicos y naturales. ¿Vamos?
Colalao del Valle
El sol es pleno durante todo el año, por lo cual caminatas, paseos en bicicleta y cabalgatas están garantizados en cualquier época. Desde Colalao se pueden visitar la mayoría de las bodegas. Por ejemplo, Bodega Las Arcas del Tolombón es el mayor emprendimiento vitivinícola de alta gama de la provincia; ofrece degustaciones y visitas guiadas.
Otras más pequeñas y de tradición familiar, como bodega Chico Zossi, La Churita, Finca La Orilla y Altos La Ciénaga elaboran vinos de alta calidad con técnicas artesanales y ancestrales. Por su parte, Luna de Cuarzo elabora vinos orgánicos y biodinámicos, y propone catas, degustaciones, maridajes y participación en la vendimia durante marzo. Finca Albarossa dispone de alojamiento en su hotel boutique, donde se puede disfrutar de comidas típicas gourmet y del paisaje vallisto de cerros y viñedos.

Pichao, Talapazo y Ciudad Sagrada de Quilmes
Pichao y Talapazo son pequeños poblados que se autoabastecen a partir de la propia agricultura. En estas tierras se producen dulces (cayote, manzana, higo y pera); como para alternar las catas de vinos con degustaciones de dulces; y se cultivan papa, zapallo, algarrobo y un sinfín de hierbas curativas. El plan es ser parte de la cotidianidad de estos poblados y, entre otros, observar el proceso de elaboración de dulces y vinos.
Por su parte, Ciudad Sagrada de Quilmes fue sede de uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de los pueblos Calchaquíes; se pueden recorrer las ruinas y conocer la cultura de los Quilmes a través del Centro de Interpretación.
Amaicha del Valle
Un paisaje privilegiado, un legado histórico y arqueológico hacen de Amaicha otro de los destinos obligados del circuito Valles Calchaquíes. Estas tierras alojan a la primera bodega comunitaria de América del Sur: Los Amaichas, y es sede de otras, como los Zazos, que ofrece un recorrido íntimo y cálido por los viñedos familiares.
En Amaicha, también se pueden aprovechar excursiones en 4x4 al desierto de Tiu Punco, paseo en Dique Los Zazos y visitas a Las Salinas.
Tafí del Valle
Antes de llegar a Tafí del Valle, sugiero un pernocte en Ampimpa para vivir la experiencia de observar las estrellas y los planetas desde el Observatorio Astronómico Ampimpa; y, en Infiernillo, una visita al Parque Provincial Cumbres Calchaquíes, un espectáculo natural.
Y para el final, uno de los destinos preferidos: Tafí. Las propuestas de turismo aventura incluyen trekkings y cabalgatas entre cerros, kayak y canotaje en el dique La Angostura. Acompaña la gastronomía local que tiene al queso y al vino como estrellas.

Flybondi vuela a Tucumán desde Aeroparque con una frecuencia diaria.
Más información: @tucumanturismo