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  • Foto del escritorJuan Carlos Bondi

Parque Nacional Ansenuza: un refugio de aves

El Parque Nacional Ansenuza es uno de los más nuevos del país. Ubicado al noroeste de Córdoba abarca más de 660 mil hectáreas y la Laguna de Mar Chiquita, el mayor espejo de agua salada de Sudamérica.


La creación de este nuevo espacio de protección se llevó adelante hace algunos meses gracias al esfuerzo de los ciudadanos locales y algunas ONGs como Aves Argentinas, Fundación Wyss y Natura Argentina. Uno de sus principales atractivos es que concentra al 66% de todas las aves migratorias y playeras que hay en el país.



Si bien el turismo y sus actividades son aún incipientes en este espacio, hay algunas propuestas que ya pueden disfrutar aquellos que deseen conocer este espacio natural:


1- Senderismo


Si bien muchos de los senderos todavía se encuentran en desarrollo, el Parque tiene varios circuitos que se recomienda visitar. La Orihuela, Colonia Müller, Barrancas, Pampero Huella de Sal, Laguna Sandrone y Los Sanavirones son algunas de las opciones. El primero, por ejemplo, es un camino que lleva a una pequeña isla que tiene extensas playas sobre las aguas de Mar Chiquita.


2- Navegación


Es una de las actividades que más tradición tienen en Mar Chiquita. Las embarcaciones parten de Miramar de Ansenuza y tienen varias modalidades: gomón, catamarán, barco pirata, entre otras. Uno de los recorridos clásicos es por las ruinas de los que solían ser hoteles vacacionales que quedaron debajo del agua en las sucesivas inundaciones.


3- Avistaje de aves


Los principales protagonistas son los flamencos: en el parque tienen residencia 3 de las 6 especies de flamencos que existen en el mundo. A estos se les suman más de 300 mil aves diferentes que también habitan esta parte de la provincia de Córdoba. Se pueden avistar desde la costa, desde el Mirador de Aves o también con embarcaciones e incluso sobrevuelos.


4- Visitas a museos


Si bien es un parque nuevo, Miramar de Ansenuza ya tiene varios establecimientos educativos y culturales para visitar. Uno de ellos es el Museo Hotel Viena, un viejo establecimiento que era visitado por miles de turistas que elgjían esta zona por la calidad curativa de sus aguas. Hoy solo queda la estructura y algunas historias misteriosas que rodean el edificio. También el Museo de Ciencias Naturales Aníbal Montes o el Museo Fotográfico Dante Marchetti.


5- Turismo rural


Finalmente, como parte del proceso de reconversión de las actividades económicas de la zona, muchos emprendedores decidieron cambiar su modo de vida por el turismo. Por ejemplo: en La Paquita, a 56 km de Miramar, una familia transformó su tambo en una estancia rural. Se trata de El Bajo, a donde se pueden disfrutar de almuerzos y cicloturismo, entre otros.


Viajá a Córdoba a conocer el Parque Nacional Ansenzua. ¡Nosotros te llevamos!


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